La relación de los visitadores de la industria farmacéutica con los médicos es complicada. Nos necesitamos, nos amamos y nos odiamos al mismo tiempo.
En mi caso yo habitualmente a primera hora del turno de mañana o del turno de tarde solía atender de 1 a 6 visitadores. En algunos casos traían información novedosa y de utilidad, pero en la mayoría de los casos, entre bromas, comentarios de la vida o incluso personales sólo se encargaban de que no olvidara lo importante y útiles que eran los fármacos que ellos representaban.
Aquí en Suecia hasta lo que yo conozco la visita médica es radicalmente diferente (aunque el fin es el mismo claro).
A mi centro solo vienen 1 o 2 visitadores a la semana. No hay una relación personal directa. Vienen a la hora de la comida (lunch) con un catering y los atendemos en la sala de reuniones. Mientras comemos el visitad@r da una charla de unos 20 minutos con diapositivas o algún video sobre una novedad farmacéutica o alguna nueva indicación o estudio, sobre un solo fármaco. En este encuentro puede participar cualquier personal del centro (médicos, enfermeras, auxiliares o secretarías). Finalizada la exposición-almuerzo hay turno para algunas preguntas y comentarios, nos despedimos y volvemos al trabajo.
La primera vez que asistí, además de que no me enteraba de nada, me daba hasta vergüenza comer mientras me hablaban, ahora ya soy uno más.
¿Que te parece este planteamiento?
Quizá cómo he parafraseado el refrán ¿<<la letra con "comida" entra>>?
¿Piensas que al no haber relación tan "personal" se receta aquí menos el fármaco presentado?
La verdad no tengo datos que avalen el resultado de un tipo de visita u otra. Pero he de reconocer que ahora realmente me alegro de recibir un visitador médico, y no lo digo solo por el catering (que dicho sea de paso siempre esta riquísimo, jejeje) sino porque siempre la información es de utilidad.