Ayer salió un artículo interesante en el periódico El País alertando de la proliferación de bacterias resistentes a los antibióticos. Ver noticia
Como se puede apreciar en la fotografía, Suecia tiene unas resistencias muy bajas y es algo de lo que mis colegas suecos están muy orgullosos. Siempre que pueden me comparan los datos con España.
Y es que debido a que desde hace años a través de la educación sanitaria a la población, los cursos de formación continuada de los profesionales, la prohibición de comprar cualquier antibiótico sin receta y la auditoría a la que nos sometemos continuamente, a hecho que el consumo de antibióticos per capita sea muy bajo.
Las auditorías conllevan que nos revisen las historias clínicas para ver si estaba o no indicado usar el antibiótico y que siempre se use el indicado en las guías.
Como anécdota puedo decirte que tengo un colega español que cuando ya estaba pasando consulta sin tutor atendió a una persona con una neumonía y que de forma "automática" le prescribió Levofloxacino. ¡La que se armó!
El farmacéutico le llamó por teléfono para decirle que ese antibiótico no estaba en absoluto indicado, después llamó al director del centro de salud para llamarle la atención y acto seguido el director fue de nuevo a mi colega para "instruirle". Vamos, sólo faltó que le llamara el ministro de sanidad.
Parece un chiste, pero es un caso real.
Yo mismo, en estos más de dos años y medio que llevo trabajando aquí solo he prescrito dos cajas de Ciprofloxacino y fue por Pielonefritis.
Tengo que reconocer que en este campo los suecos están trabajando muy bien.