Tengo una crisis existencial. Estamos de "vacaciones" por nuestra tierra. Si bien hace fresquito, lo llevamos estupendamente, para nosotros esto no es frío ;-) Salimos todos los días. Vamos de compras por las tiendas que conocemos y apreciamos por su calidad. Merendamos chocolate con churros, y disfrutamos de una "caña con su tapa". Es tiempo para estar con la familia y reencontrarnos con amigos que hace tiempo que no vemos. He podido hasta echar unas partidistas al padel (tenía mono, por allí nadie lo conoce).
Organizamos una comida multitudinaria con mis amigos de la infancia, algunos hace unos años que no los veía, ya todos con familia. Todos se interesaban por como nos va por Suecia. Siempre las preguntas rondan por como son los salarios, el nivel de vida, las oportunidades laborales, las relaciones sociales, las ventajas sociales, etc
Hay cosas realmente estupendas como la posibilidad de estar en tu tierra de vacaciones y recibiendo una compensación económica por parte de la seguridad social (försäkringskassan) por el cuidado de los hijos (föräldrapenning).
Enfrascados en la conversación me hicieron una pregunta:
- Por lo que cuentas os va cada vez mejor, pero ¿realmente os merece la pena estar lejos de la familia, amigos y con una vida cotidiana tan diferente?
¡Madre mía, menuda pregunta! ¡Dió en el clavo!
Me quedé sin respuesta directa. A nivel profesional me encuentro en mi mejor momento (mejor salario, apreciado, bien valorado), la educación que reciben mis hijos me gusta y el futuro que ellos pueden tener creo que es estupendo, pero cojeamos mucho a nivel de relaciones sociales.
Así que me voy a dar algo de mas tiempo para responder la pregunta.